No quiero besar ni compartir
Ni conocer tus secretos.
La soledad que come mis huesos
No necesita tanto de ti.
No quiero perderme en tu mirada
Nadar en tus ojos oscuros
Brillar en tus pupilas
Como una luz en el anochecer.
Perdóname que no te diga
Que quiero que seas mía
Mi fiel compañía cada día
Mi cómplice de sonrisas escondidas.
Me basta por hoy un hola y adiós.
Palabras sencillas que enseñan
El milagro de Dios que en este mundo
Existimos los dos.